La lombricultura es el proceso en donde se utilizan lombrices para acelerar la transformación de desechos orgánicos, con la finalidad de generar derivados de esta acción, tales como el abono de lombriz, material rico en microorganismos, líquidos lixiviados, que sirven como foliares en los cultivos y así mismo, la carne de lombriz, la cual cuenta con altos contenidos de proteína, vitaminas y aminoácidos.
Para dedicarse a la lombricultura se requiere de lombrices que reúnan ciertos requisitos, tales como alta voracidad, alta capacidad reproductiva, fáciles de trabajar y con capacidad para adaptarse a condiciones adversas, desde los 0 hasta los 3000 msnm. Las especies más utilizadas en la lombricultura son la Coqueta Roja y Lombriz Roja California, que reúnen los requisitos anteriores y las cuales son especies utilizadas en el 80% de los criaderos a nivel mundial.
Una de las principales ventajas de trabajar con las lombrices es que no se requiere de proyectos de gran magnitud, basta con una pequeña granja que puede estar dentro de el propio hogar para aprovechar los restos de comida, entre otros desechos, para que a través de los procesos naturales de las lombrices, estos se transformen en composta 100% natural.
Para lograr un buen manejo, se requiere de camas de geomembrana, con cierto desnivel e inclinación, en las cuales se facilita el manejo de las lombrices y en donde también se facilita la recolección de lixiviados, como de composta orgánica.